sábado, 4 de febrero de 2012

On sábado, febrero 04, 2012 by Ruddy Castillo in ,     No comments
La maternidad y la paternidad constituyen la expresión mas elevada de los valores humanos ya que llevan implícito la responsabilidad de preparar a los hijos e hijas para que en el futuro sean hombres y mujeres que trabajen en beneficio de la sociedad.

Cada niño y niña tiene el derecho a ser atendido por su padre y su madre con la mayor responsabilidad.

La maternidad no se limita a las etapas de embarazo y parto, sino que lleva implícito el sentimiento de amor hacia el hijo o la hija, el cual abarca toda la vida y se traduce en una preocupación constante por satisfacer las necesidades maternas, psicológicas y espirituales  de estos.
De la educación que la mujer recibe desde la infancia dependerá su condición de madre. Cuando no se ha adquirido este valor, la madre rechazara a sus hijos porque no significaran nada para ella.

La mayor aspiración de una mujer con vocación para el matrimonio ha de ser llegar a convertirse en madre. Ello no significa solamente participar en la concepción de un nuevo ser, traerlo al mundo y luego alimentarlo.

La maternidad abarca la vida integra de la mujer y constituye un rasgo esencial de la psicología femenina.

Hay mujeres cuya vocación no es la vía matrimonial, tal es el caso de las religiosas, sin embargo, su maternidad se pone de manifiesto cuando dedican su existencia a criar niños y niñas huérfanos y a atender enfermos día y noche sin que medie ningún tipo de interés maternal.

Aun cuando la mayoría de las mujeres tiene muy arraigada la maternidad, hay algunas que rechazan a sus hijos hasta el punto de eliminar la vida que se forma en su interior.

La conducta de una mujer que intencionalmente procura impedir que su hijo nazca pone de manifiesto, muchas veces, un profundo desconocimiento del valor que posee la vida humana y un gran egoísmo, ya que prefiere no tener que enfrentar las dificultades y sacrificios que implican tener un hijo o una hija.

El amor que una madre siente por sus hijos es tan maravilloso y tan grande que debe ir mas allá del que puede sentir por ella misma.

La paternidad.

Paternidad significa la calidad de los sentimientos que un hombre experimenta hacia su hijo o hija.

El nacimiento de un hijo o de una hija es un acontecimiento maravilloso para cualquiera padre porque le da la posibilidad de disfrutar junto a la esposa, del futuro de su mutuo amor.

Jamás la paternidad debe ser considerada como algo secundario respecto a la maternidad.

No es posible que exista una sin la otra; se puede ser madre sin que exista un padre y viceversa.

El padre que realmente ama a su hijo o hija esta atento a sus necesidades maternales y espirituales.

El machismo, entre los males que ha ocasionado a la sociedad, ha dado lugar al menosprecio por la paternidad hasta el punto de lograr desarrollar en algunos hombres, una actitud indiferente e irresponsable hacia la manutención y educación de los niños.

Darle la espalda a un niño  o a una niña indefenso, no brindarle el apoyo maternal y espiritual que necesita, constituye una acción degradante e indigna de un hombre que se respete a si mismo.

En ninguna circunstancia debe negársele la paternidad a su hijo; y esta no consiste solamente en otorgarle el apellido sino en atentar constantemente todas sus necesidades.

Como consecuencia del machismo, tampoco faltan los que, al conocer que su mujer se encuentra embarazada la abandonan a su suerte. Carecen de valor para hacer frente a las dificultades porque hay en ellos una deficiencia en la formación de los valores morales.

Cuando una pareja decide separarse y tienen hijos e hijas ninguno de los dos deben abandonara los ni utilizarlos como instrumento para agredirse mutuamente. Hay padres que les dicen a sus hijos e hijas cosas desagradables de la madre y viceversa.

 Es necesario evitar que sean los niños y las niñas quienes sufran las consecuencias de los problemas de los adultos.




0 comentarios :

Publicar un comentario