viernes, 3 de febrero de 2012

On viernes, febrero 03, 2012 by Ruddy Castillo in , ,     No comments
La unión entre la madre y el hijo no es sólo física. Es mental, emocional, espiritual. Todo lo que ve, oye o siente, lo está compartiendo con su bebé de forma directa.

La educación empieza antes del nacimiento

La mayoría de las embarazadas desconocen la influencia de sus estados internos sobre el bebé que llevan en su vientre y no se dan cuenta que con cada pensamiento y sentimiento que tienen durante los nueve meses del embarazo, marcan tendencias que influyen en él para toda su vida. 
Así como se va formando la parte física de su cuerpo, así también se va formando su cuerpo emocional y mental. Cuando el niño nace ya tiene definido su temperamento. 

La verdadera educación del niño empieza antes del nacimiento y comienza por la educación de los padres que deben prepararse interiormente para una mejor comprensión del amor de manera que puedan atraer un alma excepcional a su familia. 

Una vez que se ha llevado a cabo la concepción, la madre, consciente de su función, aporta a su bebé lo mejor de sus pensamientos y sentimientos.

Gestar es una tarea consciente

Si estás embarazada puedes hacerte un programa de acción diaria para ofrecerle a tu bebé los mejores elementos para la formación de su temperamento. 

Al despertar, da gracias por tu estado y pídele al cielo los mejores materiales para su formación. Al bañarte bendice el agua para que no sólo limpie tu cuerpo sino que purifique también tus emociones. 

Al comer, bendice los alimentos para que nutran también a tu bebé y al acostarte conságrate una vez más a esta sublime función. Estás en estado de gracia, la vida te convirtió en una sacerdotisa, puedes divinizar todas tus actividades y rodearte de las mejores vibraciones que la naturaleza ahora te ofrece en abundancia. Un ambiente de ruido, de humo, de alcohol, no es propicio.

Tampoco lo es un ambiente de discusión, de violencia porque marcan negativamente el temperamento del hijo por nacer. La unión entre la madre y el hijo no es sólo física, es mental, emocional, espiritual.

Todo lo que ves, oyes, sientes, lo estás compartiendo con tu bebé de una forma muy directa. Lo recomendable es rodearte de belleza, acercarte a la naturaleza, escuchar buena música, inspirarte en todo lo bello, lo bueno y lo verdadero. Son apenas nueve meses que condicionarán la vida de tu hijo para siempre.
                                                                                                                    
Háblale al bebé

El bebé te oye y a partir de las 28 semanas le puedes instruir. Puedes leerle los libros que contengan la enseñanza que quieres para él, hacerlo escuchar música selecta, acariciarlo con tu palabra. 

Es bueno que escuche la voz del papá, así cuando nace lo podrá reconocer. Si la posición que ha tomado no es la adecuada para nacer, háblale y pídele que se acomode para que su nacimiento sea natural y feliz. Nacer es un cambio, una crisis, asegúrale que mamá y papá lo esperan con un inmenso amor.

Fuente: http://www.discoverymujer.com

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